No soy una persona muy interesante pero estoy rodeada de historias y crónicas a mi
corta edad. No soy muy inteligente pero soy muy hábil para mentir. Soy desconfiada
con todo el mundo pero lo oculto de la manera más amable.
A los 11 años comencé
a cortarme los brazos, a llorar
silenciosamente por las noches con el rostro hundido en la almohada, a odiar a
todo el mundo y a desear incansablemente morir… A los 14 años me comenzó a dar
miedo la comida y sus calorías. A los 15 años conocí a dos “princesas” llamadas
‘Ana y Mia’. Ellas me enseñaron que nada valía la pena si seguía siendo “obesa”.
Soy inmadura, no se controlar mis acciones y mis emociones. Me
da miedo comer y beber, mi reflejo en el espejo es una tenebrosa y vil imagen
de una distorsionada realidad.
Mi nombre es Rachel y este, desde hoy, será mi blog… El
primero, porque necesito hablar… Y a veces las palabras escritas duelen menos
que todo lo demás.
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